Jugando con la quietud estática de un tótem, el movimiento basculante de un tentetieso y la percusión en un mortero, Martín Azúa ha diseñado este objeto ‘stabile/mobile’ (palabra robada de la obra de Alexander Calder): Tótem.
Después de trabajar durante muchos años con Azúa, desde Mobles 114 sabíamos que este diseñador vasco era la persona ideal para diseñar esta pieza. Este reconocido autor tiene la asombrosa capacidad de convertir los materiales con los que trabaja en objetos únicos a través de los cuales las formas y la naturaleza penetran en los espacios que los contienen.
Tótem se encargó con la intención de ser exhibida en una de las estanterías Tría expuestas en el stand del Salone del Mobile 2019 en Milán. Se trata de una edición limitada, que se ha fabricado en madera de nogal americano.
Pero no es la primera vez que Azúa diseña una pieza de este estilo. A lo largo de su carrera, el diseñador ha dado vueltas a este mismo concepto creando varias versiones de morteros y tótems.
De hecho, sería interesante indagar un poco más en esta especie de obsesión que tiene el autor por este tipo de esculturas, y ver por qué se da este continuo retorno hacia el trabajo de esta clase de objetos.
Para la creación de Tótem, Azúa ha diseñado una colección conformada por tres modelos distintos que tienen tanto una función decorativa, como funcional: sirven como morteros para moler especies, pigmentos, vegetales o semillas, entre otras cosas.
No es la primera vez que Martín Azúa trabaja para Mobles 114. Durante los últimos años este diseñador afincado en Barcelona ha trabajado para el catálogo de la marca en varias ocasiones, diseñando el taburete Luco o la silla Rambla.
Defensor de la artesanía, Azúa se interesa por el trabajo con distintos materiales, respetando siempre sus características y texturas para dar énfasis a su origen.
Azúa conserva en sus obras lo sublime de lo natural, destacando sus propiedades, su evolución y sus rasgos. Y con sus diseños, el autor consigue introducir un pellizco de naturaleza al ambiento urbano en el que la mayoría de nosotros estamos sumidos.
Su trabajo se caracteriza por la incorporación de la experimentación en el proceso del diseño, participando muchas veces con artesanos o productores, y reivindicando la reflexión social y el respeto hacia la cultura artesanal en sus obras. Porque, según Azúa, ‘la artesanía es una actitud de búsqueda de la calidad’, y esto se refleja en todos los trabajos que realiza el autor.
Las obras del diseñador vasco abarcan varias categorías: ha diseñado desde mobiliario, iluminación, u objetos que cuentan con un lenguaje claramente identificable. Un lenguaje propio, que se proyecta tanto en sus diseños más funcionales, como en los diseños de objetos más abstractos, llenos de poesía, y no exentos de un refinado sentido del humor.
Desde el año 2007 su proyecto “Basic House” forma parte de la colección permanente en el MOMA de Nueva York. Además, también expone varias piezas en la colección del Museo del Diseño de Barcelona y en distintas colecciones públicas y privadas.
Martín Azúa ha sido reconocido por su trabajo con el Premio Ciudad de Barcelona 2000, el Premio Delta de Plata 2007, el Premio FAD de Arquitectura / Efímeros 2008, el Premio Design Plus 2009, el Premio Interiorismo Plus 2009, el Premio AD mejor diseñador del año 2010, el Premio Delta de Plata 2011 / y el Premio a la Mejor Trayectoria Nacional de la Revista Interiores 2015, entre los más destacados.